Inhala
profundamente, tanto como puedas, al exhalar, hazlo lentamente y hacia adentro,
es decir, pasándolo por tu tráquea de manera que lo que sale por tus fosas
nasales es mínimo. Es como si al inhalar lo llevas hacia tu coronilla, por la
parte interna de tu cuerpo y al exhalar lo llevas a la parte inferior de tu
cuerpo, por la parte interna, a través de la tráquea. En esta respiración estas
conectándote con el tubo pránico que se indica en la imagen como una línea
amarilla que atraviesa todo el cuerpo, incluyendo el campo áurico que es lo
amarillo que rodea ese cuerpo. Con esta respiración nos conectamos con la
energía del universo y la energía de la Madre Tierra al tiempo que activamos la oxigenación del nuestra sangre
Fuente: Maestra Sirius, canalizado por Roselia
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